La arquitectura sostenible se encuentra dentro del concepto «construccción ecológica«, el cual surgió en los años 60 y, desde entonces, ha sido una de las tendencias de más crecimiento en lo que a ecología aplicada a la arquitectura se refiere. Este concepto se basa en la utilización de materiales y técnicas de construcción respetuosos con el medio ambiente, teniendo en cuenta numerosas variables como las condiciones del terreno, pretendiendo minimizar al máximo cualquier tipo de impacto negativo al mundo natural.
El ahorro de energía se encuentra muy presente en la idea de arquitectura sostenible, procurando generar un consumo eficiente o utilizando materiales que minimicen la huella ambiental. En todo este proceso hay que tener en cuenta el diseño, por lo que la idea de construir algo, aprovechando desechos, reutilizando materiales, y reduciendo la huella ambiental, se convierte completamente en un desafío arquitectónico.
¿Cómo llevar a cabo una arquitectura sostenible?
En primer lugar, a parte de tener en cuenta todo lo anteriormente dicho, hay que inspeccionar el terreno para conocer las limitaciones y condiciones que este ofrece. Por otro lado, es en este momento donde se verifica cualquier tipo de documentación que se sea necesaria, desde requisitos o regulaciones hasta la reunión con las autoridades competentes. El epicentro de la arquitectura sostenible radica en la utilización de la energía en la infraestructura, así como su conservación efectiva. Por lo que entran en juego factores como el aislamiento de la vivienda, el uso de persianas o cortinas, actuando estos como enfriadores naturales de la misma, dando una gran importancia a la energía solar u otras fuentes alternativas de energía. Si a esto le sumamos el uso de materiales de construcción reciclados y naturales, permitimos que la construcción de edificos sostenibles sea mucho más barata.
Bases de una arquitectura eficiente
Una de las principales premisas de la arquitectura sostenible consiste en garantizar la eficiencia energética durante la vida útil de un edificio a través de distintas acciones. Una de ellas sería la correcta orientación de un edificio, con la finalidad de minimizar su consumo de energía, adaptándose al entorno natural. Por otro lado tenemos que garantizar el aislamiento de la vivienda como ya hemos dicho. Si a esto le añadimos una ventanas amplias, y tenemos en cuenta el tamaño de la vivienda y su distribución, podemos conseguir un uso eficiente de la energía de manera pasiva.
Básicamente, el concepto de arquitectura sostenible, aunque es muy amplio, se resume en el impacto que va a tener una infraestructura en el medioambiente a lo largo de su ciclo de vida, por lo que teniendo una buena base, será más sencillo adaptar el diseño de de la vivienda a las necesidades de las personas a medida que vayan pasando los años y cambien las tendencias. De hecho, una de las ventajas de este tipo de arquitectura es que pone su atención en la innovación, por lo que ser sostenible supone es sinónimo de buen aspecto.
En Arquifach estamos muy comprometidos con la arquitectura sostenible, por lo que no dudes en ponerte en contacto con nosotros para consultar cualquier tipo de duda al respecto.